Nuevos comienzos
Un recorrido por los últimos años en Laboratoria, el proceso de reinventarnos y las lecciones valiosas que nos deja.
La Travesía de hoy la escribe Mariana Costa, cofundadora de Laboratoria, y es un poco distinta a lo usual. Compartimos los cambios que hemos vivido en los últimos años y lo que viene para el futuro. Un vistazo al pasado
Hace 11 años, en un verano limeño de 2014, nació Laboratoria. El sueño era claro: formar a miles de mujeres para comenzar carreras en el sector de tecnología. Un espacio marcado por profundos estereotipos de género, donde a la vez, las oportunidades parecían ser infinitas. Comenzamos siendo un simple bootcamp: una formación intensiva para preparar a mujeres en busca de un mejor futuro profesional como programadoras, y luego conectarlas con empresas en busca de talento. En el camino, sin ser muy concientes de ello, nos convertimos en mucho más. Encontramos una ecuación de impacto casi perfecta. Un nuevo trabajo en tecnología era la oportunidad para una mujer de crecer significativamente sus ingresos y enrumbarse en una carrera llena de posibilidades. A la vez, con su talento nuestras egresadas contribuían a traer la tan necesaria diversidad al sector tech y hacían a las mujeres parte de la construcción del futuro.
Cuando pienso en esos primeros años, tengo algo muy claro: tuvimos la suerte de estar en los inicios de una ola pequeña que se transformó en tsunami, y a pesar de que casi nos ahogamos más de una vez, la supimos correr. En la última década Laboratoria se fue expandiendo para llegar a mujeres en cada rincón de América Latina con mucho más que una formación en tecnología. Nos convertimos en un movimiento. Un lugar donde era posible venir a soñar, y luego construir, un futuro distinto al que pensábamos era nuestro destino. Miles de mujeres pasaron por nuestras aulas. Las presenciales y luego las de zoom. Ahí se atrevieron a descubrirse, a reconocer su valor, y a ejercer su agencia para dar un nuevo giro en dirección de sus sueños.
Hace tres años, justo a finales del 2022, nuestro equipo de liderazgo se reunió en Lima para tomar algunas decisiones importantes. Laboratoria era una organización sólida. Teníamos un modelo de impacto robusto, una buena situación financiera y un equipo de +120 personas talentosas sirviendo a miles de estudiantes y empresas en toda la región. Nuestros planes eran ambiciosos, y para hacerlos realidad, decidimos que era hora de dividir y conquistar. Gabi, mi co-founder que comenzó Laboratoria en México en el 2015 y venía siendo nuestra COO, me reemplazaría a mí como CEO. Ella y su equipo serían responsables de llevar nuestro bootcamp al siguiente nivel de escala. A la par, el Chamo y yo empezaríamos un nuevo equipo exploratorio para descubrir otros caminos de crecer nuestro impacto.
La incertidumbre es la única constante
En este equipo recién formado, comenzamos el 2023 experimentando con algunas hipótesis. Fue tras esos primeros aprendizajes que nació Laboratoria+. Descubrimos un dolor que sentíamos que podíamos solucionar: crecer en el mercado laboral es un proceso desafiante y muchas veces solitario. Conversamos con mujeres talentosas que se sentían estancadas, con falta de claridad de hacia dónde ir, y sin una red en la que poder apoyarse. ¿Y si creamos una comunidad que acompañe a miles de mujeres en ese proceso de crecimiento? ¿Un espacio donde puedan adquirir las habilidades de liderazgo, pero también la guía y las relaciones que les permitan dar el siguiente paso en sus carreras? Nos pusimos a trabajar y a lo largo de dos años formamos una plataforma poderosa que nos demostró el valor de crecer en comunidad. Este newsletter es fruto de ese esfuerzo y muchas de ustedes se sumaron a este sueño. Siempre estaremos agradecidas por eso <3.
Pero mientras en Laboratoria+ navegábamos los desafíos de volver empezar, nuestros grandes planes de crecimiento para el bootcamp resultaron más desafiantes de lo que jamás imaginamos. En el 2023 no solo hubo despidos masivos en el sector de tecnología que afectaron la demanda por talento, pero la IA llegó con todas las fuerzas a transformar la industria del software. De pronto, empezamos a ver los roles disponibles para talento entry-level caer. Recuerdo nuestros weeklys con Gabi en los que nos compartía al Chamo y a mi, aún con una mezcla de incredulidad y asombro, el desvanecimiento acelerado de nuestro modelo de impacto. “Sin vacantes abiertas que las puedan contratar, ¿qué sentido tiene que sigamos formando a mujeres para estos roles?”.
Tras intentar de todo para darle la vuelta a estas circunstancias, fue evidente que con el mismo modelo ya no podríamos tener éxito. En el 2024, Gabi nos propuso al Chamo y a mí, y luego a nuestro directorio, cerrar el bootcamp. La repentina caída en demanda de roles junior en tecnología era reflejo de un cambio de mercado sistémico, y nos tocaba aceptarlo y adaptarnos. La admiré por su valentía, pues esto implicaba decir adiós al modelo que tanto impacto había traído para las mujeres en América Latina, y al que habíamos dedicado nuestros últimos 10 años de vida. Además, por supuesto, las consecuencias no eran menores: tendríamos que despedir a muchas personas talentosas del equipo, y dejar de tener una oferta clara hasta descifrar qué hacer. Con dolor en el corazón, así lo hicimos, y Gabi lideró un proceso de transformación enormemente desafiante con increíble empatía y talento.

Con esta nueva claridad, Laboratoria comenzó también a experimentar. ¿Qué otros modelos de intervención nos permitirían mejorar las oportunidades de empleo de las mujeres en la economía digital? El equipo no perdió tiempo y probó todo lo que hacía sentido explorar. Programas en otros formatos y habilidades técnicas. Programas más cortos, enfocados en las competencias críticas para mejorar estrategias de búsqueda de empleo. Coaching, y también, lo que siempre hemos hecho bien: hacer tangible el valor de una comunidad de mujeres dispuestas a apoyarse las unas a las otras. A la par, Laboratoria+ se volvió una más de nuestras apuestas por descubrir nuestro siguiente modelo de impacto.
La claridad después de la tormenta
Tras un año entero probando modelos distintos y aprendiendo de sus resultados, el panorama se fue aclarando. En el lado de Laboratoria descubrimos que con intervenciones puntuales para equipar mejor a las mujeres para la búsqueda de empleo, podíamos marcar una diferencia significativa en su inserción en el mundo laboral. En Laboratoria+, aprendimos del poder transformador de la mentoría a escala, y también descubrimos que usando la tecnología de manera estratégica, podíamos tener una comunidad de desarrollo profesional con el balance correcto entre alcance y cercanía.
Con todo lo aprendido, hace unos meses, el Chamo, Gabi y yo nos reunimos para tomar otra decisión importante: traer lo mejor de los distintos pilotos que corrimos, y unificarlos en una nueva experiencia que sería el futuro de Laboratoria. Definimos que era tiempo de volver a unirnos para crear una sola oferta de gran impacto. Dado esto, Laboratoria+ dejará de existir como espacio independiente, pero sus aprendizajes están impregnados en todo lo que viene. La nueva Laboratoria es una plataforma que acompaña a mujeres que están buscando una mejor oportunidad profesional en la economía digital a encontrarla, y prepararse para tener éxito en ella.
Un programa que ya no forma a desarrolladoras de software, pero que hace algo mucho más ambicioso: preparar a mujeres de todos los caminos para prosperar en la era de la inteligencia artificial. Una era donde saber usar herramientas digitales es crítico para todos los roles, pero a la vez, no basta. Si queremos seguir cerrando la brecha de género en el mercado laboral, especialmente en la economía digital, necesitamos también mujeres resilientes, con un fuerte sentido de agencia, y con un capital social robusto que les permita abrirse camino en un mercado cada vez más incierto y competitivo.
Estas decisiones nunca son fáciles, ¿pero quién dijo que lo serían? Emprender ha sido un camino lleno de altos y bajos que nos ha desafiado cada día. No tenemos una bola de cristal para predecir el futuro, pero sí somos un equipo que actúa siempre pensando en qué es lo mejor para la comunidad a la que nos debemos. Un equipo de personas resilientes, que no le temen al cambio y lo recorren con valentía. Esta nueva era de nuestra organización será liderada por Gabi como nuestra CEO, junto al chamo como CPO, Lucile, Belen y un tremendo equipo que admiro profundamente. No dudo que en la próxima década, el impacto de Laboratoria será cada vez más relevante y profundo.

Por mi lado, estos tiempos de cambio me impulsaron a pensar en qué quiero para la siguiente etapa de mi carrera. En medio de nuestra reinvención organizacional, me di cuenta que para mí también ha llegado el momento de explorar nuevos comienzos. Como todas las anteriores, no es una decisión fácil, pues Laboratoria es parte trascendental de mi vida. Pero si algo he logrado en estos años de crecer en mi liderazgo es aprender a escucharme mejor, y siento dentro de mí que llegó el momento de evolucionar el lugar desde donde acompaño los siguientes pasos de Laboratoria.
Me llena de orgullo ver que hoy, la organización con la que soñé hace casi 12 años, es fuerte, resiliente, y tiene un propósito inquebrantable. Todos los ingredientes para trascenderme a mí como su cofundadora, y seguir transformando América Latina en un lugar lleno de oportunidades para el talento de las mujeres. Con una mezcla de nostalgia, nervios y mucha ilusión, a fin de este año dejaré mi rol ejecutivo en Laboratoria. Ya no seré parte del día a día, pero pasaré a quedarme como presidenta de nuestro directorio, desde donde seguiré con emoción todo lo que está por venir.
Aún no sé qué me depare el futuro, pero por aquí se los iré contando. Voy a darme el tiempo de explorar con calma qué quiero para mi próximo capítulo profesional, con la confianza de que llegaré al espacio correcto para seguir impulsando el progreso de América Latina desde una plataforma de alto impacto. Mientras recorro mi propia travesía de cambio, me ayuda recordar a Pema Chödrön: el camino espiritual implica ir más allá de la esperanza y el miedo. Es atrevernos a ir a territorios desconocidos, siempre moviéndonos hacia adelante.
Gracias por ser parte de nuestra historia y acompañarnos en Travesías estos años. Nos seguimos leyendo.
Un abrazo,
Mariana






Mariana, leerte me movió muchas cosas. Laboratoria cambió mi vida y mi carrera: gracias al bootcamp encontré mi primer trabajo en tech y durante años no necesité buscar otro porque siempre me recomendaron o jalaron a un empleo mejor. Esa tranquilidad que me dio Laboratoria, fue un regalo enorme.
Los últimos años han sido complicaos por la enfermedad de mi hija, deje de trabajar para acompañarla y volver al mercado laboral ha sido retador. El diseño estratégico es hoy un espacio más competitivo y el síndrome del impostor, que nunca se termina de ir, aparece. Por eso tu mensaje resonó tanto conmigo. Me hizo pensar en mi propio camino, en cómo también necesito reinventarme y me pregunto: esta nueva etapa de Laboratoria podría ser para mi?
Hace unos días, en un proyecto en el que estoy, me encontré con el Chamo y fue hermoso que me recordara; me devolvió un poco de la fuerza que Laboratoria me dio desde el inicio, de meterle a todo más ganas y confiar en que soy buena en esto.
Mari, gracias por Laboratoria, por tu liderazgo valiente, por abrir camino y por recordarnos que adaptarnos también es crecer.
Todo mi cariño y admiración en esta nueva etapa
Mariana, leer todo el post me hizo mirar hacia atrás y valorar todo lo que he logrado desde que conocí Laboratoria. Aún recuerdo cuando me atreví a dejar mi trabajo estable que tenía a mitad de año 2017, para embarcarme en una aventura en el mundo tech. Tenía muchas ganas de empezar desde cero y una enorme confianza en Laboratoria.
Ir a Laboratoria fue uno de mis mayores retos: dejar atrás el miedo a elegir siempre “lo seguro”. Ese camino me abrió puertas maravillosas en el mundo tech y me permitió conocer personas increíbles con quienes compartíamos el mismo sueño: construir nuevas y mejores oportunidades.
El miedo a empezar de nuevo siempre aparece, pero cada vez regreso mentalmente a ese momento en el que Laboratoria me enseñó que puedo lograrlo todo, incluso con miedo.
Los cambios siempre traen cosas buenas. Y siempre voy a agradecer haberte conocido y haberte visto caminando por los salones de Miraflores y Barranco, siendo una inspiración constante.
Gracias, Mariana, y gracias a todo el equipo de Laboratoria por seguir reinventándose. Estoy segura de que seguirán naciendo ideas extraordinarias.❤️